jueves, 3 de febrero de 2011

EL INVITADO

¡Hola!, ¿cómo estás?.... No me digas que no me conoces…… Aunque hace tiempo que no nos hemos visto, estoy seguro de que hemos pasado horas muy reconfortantes. Recuerdas aquella ocasión, tú entonces eras un joven siempre dispuesto a divertirte; yo ya era como soy ahora. Aquella vez ibas acompañado de dos amigos, nos encontramos en un bar muy de moda en aquellos tiempos, en un hotel famoso que estaba frente a la Alameda, ¿lo recuerdas?. Por esas fechas sonaba fuerte un grupo musical compuesto por cinco chicas muy guapas, quienes tocaban los éxitos de The Suprems y hacían mucho ambiente entre los asistentes al bar. Yo sí recuerdo que me divertí mucho contigo y tus amigos.

¿Aún no me recuerdas?..... Te voy a dar otras pistas: Tú y tus amigos estuvieron muy contentos y, ya en la madrugada, un poco achispados; pero en otra mesa, donde estaban otras personas, la diversión fue mayor, aunque su fiesta terminó mas temprano, pues ellos agarraron una borrachera de recuerdo imborrable, recuerdo que los meseros les pidieron salir del local, pues sus gritos ya molestaban a los parroquianos. Borrachos como estaban, sólo accedieron a salir si yo les acompañaba; a fin de evitar mayores disturbios, los meseros estuvieron de acuerdo y yo les acompañé a seguir su fiesta. Para no hacerte mas largo el cuento, a las pocas calles, circulando a toda velocidad, nos estrellamos contra un árbol; afortunadamente no pasó de golpes mas o menos fuertes y estos amigos tuvieron que dormir en la delegación.

Pero aún sigues sin recordarme, por lo tanto, si me lo permites, te contaré algo de mi vida, tal vez eso te refresque la memoria: Mis antepasados mas lejanos vienen de Medio Oriente, no estoy seguro si tenemos alguna raíz en África, es muy posible, pues antepasados míos eran bien recibidos en las cortes faraónicas y no se diga entre todos los pueblos de Oriente Medio, pues no había banquete regio o comida común, en que no se requiriera la presencia de mis antepasados. Para que entiendas mi rancio linaje, además de ser nombrado en la historia oficial, aparezco también, y en lugar destacado, en las páginas de la Biblia, desde el Antiguo Testamento, hasta el Libro de la Revelación, soy invitado de honor en toda ocasión. Por aquellos tiempos, mis antepasados se cansaron de viajar en camello y se embarcaron para cruzar el Mare Nostrum, desde entonces tengo parientes en casi todos los países europeos.

Siglos después, nuevamente mis antepasados se hicieron a la mar: Durante el descubrimiento de América, volvemos a ser parte de la historia, gracias a los buenos oficios de unos frailes Franciscanos, quienes trajeron a mis parientes a la Nueva España, pues como te repito, era invitada especial en todas las comidas, por sencillas que estas fuesen y, desde luego, para que la conocieran los pueblos recién conquistados. Después de eso, mi familia se distribuyó por todo el Nuevo Mundo.

Como te habrás dado cuenta, mi familia es de rancio abolengo, pero, como en todas las familias, hay ricos y pobres; en ocasiones se valen de mi familia para cometer excesos, pero también para celebrar fechas importantes, es decir, estamos lo mismo en humildes mesas, que en fastuosos saraos. Es tan importante mi presencia en el desarrollo humano, que, volviendo a la Biblia, Jesús me eligió como medio para entregar a sus seguidores Su Sangre de la Nueva Alianza.

Tengo parientes rubios y elegantes, rojos de recio cuerpo, blancos suaves y delicados y rosados alegres y refinados, algunos muy viejos y otros jóvenes, pero todos son aceptados y apreciados, sólo que en diferentes estratos sociales. Tengo también otras ramas familiares que son muy solicitadas, lo mismo griegas que italianas, franceses, españoles o rumanos, portugueses, chilenos, mexicanos y hasta una noble rama de parientes de Norteamérica.

Bueno, como veo que continúas sin recordarme, te diré que soy el vino, el vino de uva, que lo mismo puedo ser una rubia champagne, que un vino de mesa blanco, rojo o rosado. También en mi familia existen otros vinos generosos, como el oporto y otros varios licores.

Nuestros hermanos mayores, por decirlo de alguna forma, son los vinos fuertes, como el Cognac y el Brandy; ambos son aguardientes del mismo tipo, pero el primero se denomina así por ser producido y embotellado en la región francesa de Cognac y todo lo que se produzca fuera de esa zona, se conoce como brandy. Así, igual que hay cognacs de excelente calidad, también se producen brandies tan buenos como aquellos.

Este es, a grandes rasgos, mi origen y familia, pero hay algo que debes saber acerca de mi, yo soy una agradable compañía en la mesa o en reuniones, o quizás en un momento de descanso y relajación; es delicioso aspirar mi bouquet, beberme lentamente deteniéndome en la boca por breves momentos para que tome la temperatura de tu cuerpo y después deslizarme suavemente por tu garganta para que sientas mi cuerpo. ¡Pero cuidado!, yo, como todas las bebidas, soy motivo de delectación y siempre será un placer acompañarte, pero si abusas de mi, me convierto en un ente posesivo y exigente y a ti puedo convertirte en un ser intolerante y furioso o hacerte perder los sentidos; sé moderado conmigo, pues te puedo destrozar la vida; bébeme con prudencia y seremos amigos toda la vida. Si eres moderado, siempre será un gusto estar contigo y decir ¡SALUD!

Sergio A. Amaya S.
Noviembre de 2007
Naucalpan de Juárez, Edo. de Méx.


















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